Y es que así es la vida: si te sientes contento, todo tu cuerpo lo nota y responde positivamente ante este sentimiento de felicidad. Tu piel resplandece, tus ojos se llenan de un brillo especial que te llena de ese “algo” que a los demás les gusta y les hace voltear la mirada para verte…
Mírate al espejo, pese a todo lo malo que te parezca ver en ti mismo, en tu rostro sí hay belleza. Esboza una sonrisa y mira cómo se ponen tus ojitos de contentos… Sólo con una pequeña sonrisa, incluso forzada, notarás cómo cada parte de tu cuerpo reacciona a la felicidad…
Quizás la vida no te ha dado lo suficiente como para que puedas sentirte feliz. Y tal vez piensas que la vida te castiga por un motivo u otro… pero no es así. Tienes que aprender a ser feliz con lo que tienes y no tienes.
“Mi vida no ha sido fácil. No me han regalado ningún final feliz, mas yo sigo luchando por cambiar mi vida. Sonreiré, aunque no me den motivos. Porque nada podrá hacerme una persona amargada… pues mi felicidad está dentro de mí.”